El aguador de Sevilla es una pintura realizada por el famoso pintor español Diego Velázquez en el año 1620. Esta obra se encuentra actualmente en el Museo Wellington de Londres, pero proviene originalmente de la colección real española. Es una de las escenas de bodegón más enigmáticas y sorprendentes de Velázquez, ya que representa una escena callejera con un aguador ofreciendo agua a otro joven con una copa.
¿Qué representa el aguador de Sevilla?
El aguador de Sevilla muestra un personaje que repone su mano sobre un jarrón grande de agua y ofrece una copa de agua a otro joven con un rostro incierto. El aguador era un oficio muy modesto en esa época, vendían vasos de agua por pocos céntimos. Por lo tanto, podemos considerar que esta es una escena cotidiana y callejera. Sin embargo, hay elementos en la pintura que generan cierta intriga y enigmas.
La copa de vidrio
Uno de los elementos que destacan en el aguador de Sevilla es la copa de vidrio que el aguador lleva consigo. En ese momento, el vidrio no llevaba plomo y era mucho más ligero. Entonces, ¿por qué Velázquez decidió incluir una copa de vidrio en esta escena callejera? Una posible explicación es que al pintor le gustaba jugar con la representación de cristales y las luces que generan.
Interpretación del aguador de Sevilla
En la copa de vidrio se puede observar una especie de higo. Esta representación ha llevado a diferentes interpretaciones de la obra. Algunos creen que los tres personajes en la pintura representan una alegoría de la iniciación a la vida adulta, con el niño recibiendo la copa y el personaje detrás observando en edad adulta. Además, se relaciona el higo con el sexo femenino, lo que añade una connotación sexual a la obra. Sin embargo, no hay certezas sobre estas interpretaciones, ya que los higos de cristal negro que se conservan como elementos decorativos son de épocas posteriores a la pintura de Velázquez.
El diablo prado: transformación extremaLa obra del aguador de Sevilla sigue siendo un enigma en el entorno del arte. No hay una única interpretación válida y cada espectador puede encontrar su propio significado en esta pintura. Lo que sí podemos afirmar es que Velázquez logró capturar la atención del espectador a través de su maestría en la representación de luces y cristales, y nos dejó una obra que sigue fascinando a los amantes del arte hasta el día de hoy.