La Inmaculada de Murillo es una serie de pinturas realizadas por el destacado pintor barroco español Bartolomé Esteban Murillo, quien vivió entre 1617 y 168A lo largo de su carrera, Murillo creó alrededor de 20 lienzos con la temática de la Inmaculada Concepción, convirtiéndose en uno de los principales exponentes de esta iconografía.
Antes de la aparición de Murillo, la representación de la Inmaculada Concepción ya existía en la pintura española, difundida principalmente por Francisco Pacheco, suegro de Velázquez. Sin embargo, Murillo aportó un enfoque innovador a esta temática, rompiendo con el estatismo anterior y dotando a sus obras de un dinamismo y sentido ascensional.
La iconografía de la Inmaculada de Murillo
En sus representaciones, Murillo siguió la descripción de Santa Isabel de Silva, quien mencionaba que la Virgen María vestía una túnica blanca y un manto azul. A diferencia de otros pintores anteriores, Murillo eliminó las estrellas que solían utilizarse como corona y añadió un elemento de luz anaranjada para representar que la Virgen iba vestida de sol. Además, el movimiento de la capa de la Virgen aporta un efecto de dinamismo y fluidez a sus obras.
Una de las primeras Inmaculadas documentadas de Murillo es la que realizó para el convento de San Francisco en Sevilla. Esta obra de gran tamaño causó inicialmente descontento entre los monjes, pero una vez colocada en lo alto del arco de la capilla mayor, cambió la perspectiva y los monjes quedaron encantados con el lienzo. Esta pintura ha permanecido en Sevilla y se encuentra actualmente en el Museo de Bellas Artes de la ciudad.
Parque prado de la casa: oasis en madridOtra Inmaculada destacada de Murillo se encuentra en el Palacio Arzobispal de Sevilla, titulada la inmaculada y fray juan de quirós. Esta pintura fue encargada por la Hermandad de la Vera Cruz y se conserva en excelente estado.
La Inmaculada de Murillo en el Museo del Prado
Una de las Inmaculadas más famosas de Murillo se encuentra en el Museo del Prado. Esta pintura data de entre 1660 y 1665 y tiene dimensiones de 274 x 190 cm. Es considerada una de las obras maestras del artista.
En esta pintura, Murillo logra transmitir la belleza y la gracia de la Virgen María a través de su representación de perfil ondulado y flotando en el espacio sobre un fondo de nubes áureas. Los ángeles niños que revolotean a sus pies y la luz anaranjada que la rodea refuerzan el sentido ascensional de la composición.
La Inmaculada de Murillo en el Museo del Prado fue adquirida a través de un intercambio artístico entre el Gobierno español y el francés en 194En aquel momento, la fama de Murillo ya había decaído, pero esta pintura sigue siendo reconocida como una de las más importantes creaciones del artista.
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Significado de la Inmaculada de Murillo
La Inmaculada Concepción es un dogma de fe de la Iglesia Católica que sostiene que la Virgen María fue concebida sin pecado original. Esta creencia fue especialmente arraigada en Sevilla en la época de Murillo, donde la devoción a la Inmaculada era muy fuerte.
Las representaciones de la Inmaculada, como las de Murillo, transmiten la pureza y la belleza de la Virgen María, mostrándola como una figura celestial y divina. Estas obras también reflejan el fervor religioso y la devoción popular de la época.
La Inmaculada de Murillo en el Museo del Prado es una obra maestra que refleja la genialidad y el talento del pintor barroco español. A través de su innovadora representación de la Inmaculada Concepción, Murillo logró transmitir la belleza, la gracia y la devoción de la Virgen María. Esta pintura sigue siendo admirada y apreciada por su calidad artística y su significado religioso.
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